Dedicatoria
Dedico este escrito con todo mi amor y mi corazón a cada mujer que por decisión propia o sin esperarlo se encuentra hoy delante de un rebaño del Señor que necesita ser pastoreado, su amor y compasión son admirables.
A las pastoras, esposas de pastor e hijas de pastor; su entrega y sacrificio tienen grande recompensa; ustedes tienen un lugar muy importante en mi corazón. Y por último a aquellas a las dedico parte de mi trabajo, a quienes deseo descubrir en los ojos de cada mujer que enseño, a ustedes mujeres que ahora nadie conoce su rostro ni menciona su nombre pero que dentro de sus corazones existe un poderoso y divino llamado del Señor, esperando por ser manifestado.
A todas ustedes, mis oraciones, lágrimas y un intenso deseo de verlas fluir a plenitud en su llamado; que este escrito revele a sus corazones el propósito que el Padre les ha preparado.
En el servicio de Jesucristo
Rey de Reyes
Verónica Ontiveros de Romero.
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